“Hacer de la capacidad creadora una parte
esencial del currículo es importante y todos los docentes tendrían
probablemente mayor éxito, si la aritmética, las ciencias sociales o la
escritura pudiesen considerarse como una actividad creativa.” V.Lowenfeld–W.Lambert
Brittain
La asignatura de plástica no puede verse
como una sesión aislada dentro del horario escolar donde los alumnos se acerquen
al mundo del arte en cualquiera de sus manifestaciones, sino que debe ser un
motor que genere propuestas, iniciativas y formas de trabajo extrapolables a
las demás asignaturas. La expresión
artística es un elemento fundamental en la resolución de problemas, en el
desarrollo de la concentración, de la flexibilidad y la iniciativa, de la
originalidad, de la imaginación, en la formación del gusto estético y en el
desarrollo de una personalidad creadora.
Educar en la creatividad es fomentar una forma de aprender que facilite
la adquisición de destrezas y estrategias mentales a través de la curiosidad,
el descubrimiento, la imaginación y el juego.
Como
dice Daniel Goleman, es necesario conciliar en las aulas cerebro y corazón, y
para ello es imprescindible esta asignatura. Porque utilizar el
pensamiento convergente, organizador, analista, lógico y preciso
es necesario, pero trabajar el pensamiento divergente, la intuición, la
espontaneidad, la fantasía y la parte emocional es fundamental para una
formación íntegra de la persona.
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